«Dios, señor de la Vida y de la Historia, espera que demos buenos frutos»

En la homilía de este domingo 8 de octubre, el arzobispo de Cochabamba, monseñor Óscar Aparicio realizó la reflexión del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 21, 33-46.

En el evangelio, Jesús les dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo la siguiente parábola: Uno hombre poseía una tierra y allí plantó un Viña. Una vez realizada la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. Cuando llegó el tiempo de la vendimia envío a sus servidores para percibir los frutos a los que los voladores respondieron muy negativamente, golpeando, apedreando y matando a estos. Al punto de que cuando el propietario mandó a su hijo, pensando que lo respetarían. Los voladores lo mataron para quedarse con su herencia

Los sacerdotes creyeron que lo correcto era acabar con los miserables y arrendarla la viña a otros, que le entregaran el fruto a su debido tiempo. Jesús les dijo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes y entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que se refería a ellos. Porque «Dios, señor de la Vida y de la historia, espera que demos buenos frutos»

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