Discurso Inaugural de la CX Asamblea de los Obispos de Bolivia

Este martes 26 de abril se realizó la inauguración de la CX Asamblea de la Conferencia Episcopal Boliviana. Mons. Aurelio Pesoa, Presidente de la CEB realizó el discurso inaugural en el que expresa el saludo al Colegio Episcopal y sus nuevos miembros. Destaca, la Esperanza en el Tiempo Pascual, el Deseo de una Bolivia en paz y justicia, y la Misión Eclesial en Sinodalidad y Trasformación Misionera, con desafíos de una renovación eclesial.

Descarga aquí el discurso

INAUGURACIÓN, CX ASAMBLEA DE OBISPOS DE BOLIVIA
Cochabamba, abril de 2022

Bienvenidos hermanos Obispos a esta CX asamblea. Es una bendición de Dios encontrarnos en ambiente de fraternidad episcopal para vivir una experiencia de sinodalidad, reflexionando juntos sobre la actividad pastoral de la Iglesia en Bolivia.

Saludo fraternalmente a su Eminencia el Cardenal Toribio Porco Ticona, a su Excelencia Mons. Ángelo Accattino, Nuncio Apostólico en Bolivia y al Padre Aghabious Gergis, Secretario de la Nunciatura Apostólica que hacen visible con su presencia la comunión con el Santo Padre y la Iglesia Universal.

Saludo y felicito a los nuevos Obispos auxiliares electos de la Arquidiócesis de La Paz: Mons. Mario Luis Durán Berríos, Mons. Pedro Luis Fuentes Valencia y Mons. Basilio Mamani Quispe, así como al Arzobispo de La Paz Mons. Percy Lorenzo Galván Flores por esta gran ayuda que recibe para el pastoreo de la Iglesia paceña.

Felicitaciones también para el nuevo arzobispo electo de Santa Cruz, Mons. René Leigue Cesarí, a Mons. Estanislao, al Obispo emérito Mons. Braulio y al Administrador Apostólico, Mons. Sergio Gualberti, quien ha culminado con éxito una fructuosa misión al servicio de la Iglesia en Bolivia y a toda la iglesia cruceña, en particular.

Saludo a los representantes de los distintos sectores de la Iglesia, a los colaboradores de la Conferencia Episcopal, a los medios de comunicación y a todo el Pueblo de Dios.

La resurrección de Cristo nos da motivos para la esperanza.

En medio de un mundo que sufre las terribles consecuencias de violencia y muerte de la guerra en Ucrania, y cuando apenas comenzamos a salir de la pandemia que hemos padecido, escuchamos el anuncio esperanzador de la resurrección de Cristo en este tiempo pascual. Cristo resucitó, venció a la muerte, venció a la injusticia que lo había confinado en el sepulcro y a la desesperanza de un mundo de odio y violencia. Cristo salió victorioso del sepulcro con un mensaje de paz para sus discípulos y para toda la humanidad: “la Paz esté con ustedes”. En la resurrección venció el perdón, la reconciliación, la paz y la justicia, sobre toda violencia y todo lo que impide la fraternidad entre los seres humanos que habitamos el mismo mundo.

Nuestro país, Bolivia, desea la Paz.

Nuestro país, Bolivia, se debate también entre la polarización y el enfrentamiento que crean las ideologías, la búsqueda de poder nos dividen, nos impiden mirar al futuro, nos tienen aferrados al pasado, impiden que se haga realidad el deseo de la reconciliación nacional. y el deseo de paz que sienten sus ciudadanos.

Bolivia desea la paz y la reconciliación entre todos. Los bolivianos tenemos vocación y deseos de paz. Somos un pueblo que busca la paz.

A los bolivianos les interesa el progreso económico, cada vez más amenazado, les interesa tener un sistema educativo de verdadera calidad, para que salgamos al mundo, en igualdad de condiciones con otros.

Nuestros conciudadanos buscan ser atendidos en sus necesidades de salud cuando están enfermos ellos o sus familiares. Al pueblo de Bolivia le interesa que haya verdadero dialogo y encuentro fraterno para poder buscar juntos los caminos y lograr un verdadero progreso de todos.

A los bolivianos nos interesa la equidad entre las diferentes regiones del país, que se acaben las discriminaciones por ser de tal o cual lugar, nos interesa que se reconozcan los derechos de los pueblos originarios, de los indígenas, de los campesinos, de los mestizos y de todos los que vivimos y amamos Bolivia, sin marginaciones, sin etiquetas, sin descalificaciones.

Nos interesa la vida para todos, el respeto del derecho a nacer y vivir hasta que nos llegue la muerte natural, sin que estorbemos en el mundo y que se respete también la casa común, la creación de Dios, garantía de vida abundante para todos.

Nos interesa la libertad para pensar y opinar sin que nos lo impidan, y sin descalificaciones, cuando pensamos diferente.

Los bolivianos queremos, un sistema de justicia, independiente del poder político, que esté al servicio del pueblo, sin corrupción, digno y sin servilismos.

En este tiempo de Pascua Jesucristo resucitado hace resonar, una vez más, su voz en medio de todos nosotros: “la paz esté con ustedes”. Desarmémonos de las ideas que nos enfrentan y no nos ayudan a caminar como hermanos, en fraternidad y justicia.

Nuestra misión

En esta Asamblea, hermanos Obispos, vamos a reflexionar juntos sobre nuestra misión al servicio de la Iglesia en Bolivia. Sobre nuestro caminar en sinodalidad. Cada vez se ve con mayor claridad la necesidad que tenemos de revivir el espíritu sinodal, el caminar juntos, el escuchar e integrar en nuestro caminar como Iglesia a los diferentes sectores del Pueblo de Dios: presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y laicos. Una Iglesia misionera al estilo de Aparecida y del Papa Francisco no se puede construir con mentalidad individualista y, menos aún, autoritaria. Solo seremos Iglesia en misión, caminando juntos como comunidades cristianas que disciernen juntas, buscando la renovación pastoral que nos exige el paso de estructuras pastorales de mantenimiento a otras aptas para la misión.

La transformación que se nos exige como Iglesia en este milenio es tan profunda que los obispos han hablado en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano de la necesidad de una profunda Conversión Pastoral. Caminar hacia un nuevo estilo pastoral lleno de acogida y compasión y pasión por llevar el Evangelio a los que ya no lo conocen, o lo conocen muy poco, o se han alejado del camino del Señor.

La renovación misionera debe impregnar los planes pastorales de cada jurisdicción eclesial, pero también la actividad catequética y el ministerio del catequista, que vamos a reflexionar en la Asamblea, a través del estudio del Motu Proprio “Antiquum Ministerium”.

Será una asamblea con aires de renovación eclesial, para que nuestra Iglesia en Bolivia adquiera el rostro de la misión, de una Iglesia en Salida la que quiso Jesucristo para su Iglesia e impulsa el Papa Francisco con pasión para la Iglesia entera.

Acometamos los desafíos de esta renovación eclesial sin que nada nos paralice, confiando en el poder renovador del Espíritu de Cristo resucitado, que se nos da con abundancia, especialmente en este tiempo pascual.

En el Espíritu de Cristo resucitado nos adentremos en la experiencia del encuentro fraterno que debe caracterizar cada una de nuestras Asambleas de Obispos.

Que María, Madre de Dios y Madre nuestra, acompañe nuestro servicio evangelizador y de Pastores del Pueblo de Dios.

Muchas gracias.

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