El obispo de Matagalpa Nicaragua, Rolando Álvarez será llevado a juicio por la dictadura en Nicaragua

El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, permanecerá en arraigo domiciliario y será llevado a juicio. Así lo determinó la juez Gloria María Saavedra Corrales en la audiencia inicial llevada a cabo la mañana de este martes 10 de enero.

Al obispo se le acusa de dos cosas: “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”.

A través de un breve comunicado, el Poder Judicial de Managua informó: “La autoridad judicial revisó las medidas cautelares decretadas en la audiencia preliminar, manteniendo el arresto domiciliario; asimismo, admitió el intercambio de información de pruebas y remitió la causa a juicio.

Mons. Rolando Álvarez, la voz crítica de Ortega
El obispo Rolando Álvarez se encuentra en arraigo domiciliario desde el 19 de agosto del año pasado cuando fue detenido dentro de las instalaciones de la curia diocesana, luego de haber permanecido dos semanas sitiado por la policía nicaragüense.

El hostigamiento al obispo de Matagalpa, una de las voces más críticas contra el régimen de Ortega, se endureció tras las críticas vertidas por la represión del gobierno a los grupos opositores a la reforma al sistema de salud, en 2018.

El comunicado del Poder Judicial señaló que, siendo las mismas causas por las que se le acusa al sacerdote Uriel Antonio Vallejos, continuará vigente el oficio girado a la Interpol para su captura. Vallejos se encuentra exiliado desde septiembre del año pasado.

Monseñor Rolando Álvarez es sin duda la persona de mayor rango eclesial que ha sido víctima de la persecución del gobierno de Daniel Ortega, la cual ha dejado como saldo la expulsión del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y de varias religiosas, la detención de siete sacerdotes y el hostigamiento religiosos y laicos comprometidos, y el cierre de varios medios de comunicación católicos, así como la cancelación de actos públicos de fe.

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