Hoy celebramos a la Santa Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz

Cada 5 de septiembre la Iglesia universal celebra la fiesta de Santa Teresa de Calcuta, figura central del siglo XX -llegó a ser galardonada con el Premio Nobel de la Paz-, y ejemplo preclaro de liderazgo femenino desde la Iglesia.
Ella, impregnada de los valores del Evangelio, se convirtió en servidora de “los más pobres entre los pobres”, haciendo frente de manera efectiva a la indiferencia y el abandono que sufren los más débiles en el mundo moderno.
La Madre Teresa fue una inagotable defensora de la dignidad del pobre y de la vida humana en todos sus estadíos -desde la concepción hasta la muerte natural-, así como una trabajadora incansable por la paz entre los pueblos. Su mayor ambición no fue, ni remotamente, alcanzar premios o reconocimientos, sino compartir el amor de Cristo a través de la caridad y el sacrificio por los que sufren.
La también fundadora de las Misioneras de la Caridad -orden religiosa nacida en la India- fue canonizada el 4 de septiembre de 2016 por el Papa Francisco en una Misa celebrada en la Plaza de San Pedro.
La santa albanesa murió hace 26 años, el 5 de septiembre de 1997, en la ciudad de Calcuta (India), a los 87 años de edad.
La pobreza y el falso bienestar
Teresa de Calcuta dio una lección al mundo de cómo entender la pobreza y cuál debe ser la forma de enfrentarla: con amor cristiano y espíritu solidario, tal y como Cristo lo hizo. Por su entusiasmo y constancia puede ser considerada como un auténtico don de Dios para la Iglesia de hoy: el cristiano está obligado a amar Cristo en el que sufre -tal y como está señalado en el Evangelio (ver: Mt 25)- los más pobres, los tristes, los abandonados, los enfermos, los que están marginados o desechados por cualquier motivo.
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