Un día como hoy San Juan Pablo II consagró el mundo a la Divina Misericordia

Un día como hoy se cumple un aniversario más de la consagración solemne del mundo a la Divina Misericordia, un acto que realizó San Juan Pablo II el 17 de agosto de 2002 en Polonia.

La consagración la celebró el Papa polaco luego de consagrar también el Santuario Mundial de la Divina Misericordia en la localidad de Lagiewniki, en las afueras de Cracovia.

El lugar está muy cerca del convento donde falleció Santa Faustina Kowalska, la Apóstol de la Divina Misericordia a quien Jesús le confió, entre otras cosas, la difusión del rezo de la coronilla de la Divina Misericordia.

La consagración a la Divina Misericordia

En la homilía de la Misa que presidió ese sábado de agosto, Juan Pablo II dijo que hacía la consagración “con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado aquí a través de Santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene su corazón de esperanza”.

“Ojalá se cumpla la firme promesa del Señor Jesús: de aquí debe salir ‘la chispa que preparará al mundo para su última venida’”, resaltó entonces el Papa peregrino.

Juan Pablo II destacó, además, que “es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad”.

“Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Misericordia divina que vengan de Polonia y del mundo entero. ¡Sed testigos de la misericordia!”, alentó.

Convicción personal

El P. Mauro Carlorosi, sacerdote argentino del Oratorio de San Felipe Neri y especialista en la Divina Misericordia, señaló a ACI Prensa que en 2002 le “urgía al Papa polaco brindar respuestas de esperanza cristiana ante el avance del mal. Además, la Divina Misericordia fue de alguna manera la misión personal de Juan Pablo II”.

Karol Wojtyla conoció el convento donde vivió Santa Faustina en 1938, sólo algunos años después de la muerte de la religiosa.

Siendo joven, con unos 20 años, el futuro Papa “trabajaba en la cantera de piedra cercana al convento para evitar ser deportado. Como Arzobispo de Cracovia inició un trabajo serio y científico en el estudio de la vida de la santa y de su Diario espiritual, de lo que resultó el inicio de la causa de beatificación y canonización de Sor Faustina”.

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